jueves, 20 de septiembre de 2012

Te Veo: OIGO VOCES

Precedido por un enorme éxito internacional y una machacona campaña publicitaria desde hace varios meses, anoche Tele 5 estrenaba La voz, producido por Boomerang TV. Antes de analizar el programa, conviene destacar que logró el favor de 4,6 millones de espectadores (30,6% de share), cifras de otras épocas. Y, aunque audiencia y calidad no siempre van unidos, en el caso del espacio musical presentado por Jesús Vázquez, forman un buen tándem.
Para ser sinceros, el arranque de este formato destinado a descubrir nuevos talentos me dejó un poco frío. Recordaba mucho a otros shows similares: aspirantes nerviosos nacidos para cantar, patitos feos con ganas de convertirse en cisnes, familiares peculiares, interminables pasillos iluminados que conducen al escenario, discursos manidos, poca naturalidad, demasiado abrazo... Y uno, que lleva ya unos años trabajando en televisión y se conoce los trucos y las trampas del medio, se vuelve más exigente y crítico. A veces me gustaría recuperar la “inocencia televisiva"; pero ese es un tema sobre el que os hablaré otro día.
Pues bien, a medida que avanzaban las denominadas “audiciones ciegas" y que el jurado, formado por los cantantes Rosario Flores, Malú, Melendi y David Bisbal, se relajaba y entraba en el concurso, uno empezaba a bajar las defensas y a dejarse arrastrar por esas voces de distintos colores y, sobre todo, por ese juego sano de rivalidades entre los coaches. Es un programa que se toma en serio a sí mismo; no tienen cabida los clásicos frikis que matan por un minuto de fama, ni ninguno de los jueces utiliza la ironía hiriente a la hora de emitir un veredicto. Aquí no hay Ristos, ni esto es Tú sí que vales. Se trata a los participantes con respeto y, dicho sea de paso, también al espectador. El morbo reside, primero, en saber si se girarán los sillones y, segundo, en cuál será el postor que se lleve el gato al agua.
El hecho de ser un espectáculo grabado había despertado ciertas dudas. Y, curiosamente, ese es otro de sus aciertos. El papel de Vázquez, tan solvente como siempre, es casi testimonial. Las presentaciones de cada cantante y las actuaciones son breves, y las resoluciones ágiles. Aunque me sobran ciertas reflexiones de los profesionales fuera del plató, tampoco entorpecen ni dañan el conjunto.

Por lo que respecta al jurado, visto el arranque, sólo se puede decir que la  selección es impecable. Melendi, el descubrimiento, aporta frescura y buen rollo. Malú, probablemente la que mejor técnica vocal tiene, se mueve hábilmente entre la frialdad y la dulzura. Rosario Flores, artista de cuna, entrega su autenticidad. Y David Bisbal... (No tendría emoticonos suficientes para expresarlo...). O te encanta o te carga, no hay término medio. Pero, aunque no sea de mi agrado, reconozco que cumple con su (desbocada) energía y campechanería; eso sí, ¡qué alguien le aconseje que racione un poco los“olés"!
De momento, la gran apuesta (blanca) de Tele 5 para esta temporada ha arrancado como un pepino, como diría la buena de Beatriz Pérez Aranda. Habrá que esperar para comprobar su evolución y su rendimiento en próximas semanas y con bloques normales de anuncios (ayer iba completamente blindado). Pase lo que pase, La Voz merece el aplauso de quienes amamos la televisión de entretenimiento. Como diría Bisbal: "Olé".

1 comentario:

Bilbotín dijo...

Muy acertada tu crítica. Por añadir algo, hay que decir que falló una cosa, técnicamente hablando. La voz de los cantantes no se escuchaba correctamente. No sé dónde reside el error, pero el resultado hacía que el espectador no percibiera la verdadera calidad de las voces.