Sí, se veía venir desde hacía mucho tiempo y, hoy, la artista británica Amy Winehouse ha sido encontrada sin vida en su domicilio de Londres. Este triste desenlace, no por esperado, resulta menos conmovedor. Tenía sólo 27 años, la misma edad con la que murieron otros ídolos musicales como Janis Joplin, Jimi Hendrix, Jim Morrison o Kurt Cobain; macabra casualidad que, no obstante, nos debe hacer reflexionar. Porque esta artista maldita, con su cardado imposible, su delgado cuerpo tatuado y su voz negra y rotunda, eligió muy pronto ser leyenda antes que persona; quizá no conscientemente, pero lo hizo. Sólo así se entiende que desde tan joven entrara y permaneciera en esa espiral de drogas y alcohol que ha acabado por destruirla y, sobre todo, que nadie fuera capaz de ayudarla a salir. El lamentable espectáculo que ofreció en su último concierto hace unas semanas en Belgrado, ebria y sin poder mantenerse en pie, sólo sirvió para "entretener" a un público mundial al que cada vez más parece engancharle la desgracia ajena.
Le sobraban cualidades, pero no supo o no quiso administrarlas correctamente. Nos deja sólo dos discos de estudio: Frank (2003) y el imprescindible Back to black (2006), que le consagró y le dio fama internacional; pero, a buen seguro, a partir de ahora su discográfica nos ofrecerá, periódicamente, puntuales dosis de su talento inédito, de su creatividad mal enfocada e interrumpida. Al fin y al cabo, el negocio es el negocio, y como dicen los artistas de circo, el espectáculo debe continuar. Los medios más agresivos ya se buscaran a otra estrella yonqui que divierta al populacho.
Amy ya lo advirtió en Rehab, su tema más conocido y que le lanzó al estrellato: "Ellos intentaron que fuera a rehabilitación, pero yo les digo no, no, no". Estaba en su derecho. Sin embargo, ahora deja a sus seguidores huérfanos de todo lo que les podría haber regalado con su sensibilidad musical. O, talvez, como decía al principio, si se hubiese redimido, nunca habríamos hablado de ella; tampoco en este blog. Eso sí, está visto que ser una leyenda conlleva un precio demasiado alto.
Descanse en paz, sólo si ella quiere.
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