Aunque hay que ser cautos, se abre un nuevo y, seguramente, largo período de incertidumbre y lucha política. Pero, por fortuna, será un proceso pacífico, sin más asesinatos, con menos miedo, en un clima de mayor libertad. De hecho, el próximo 20 de noviembre se celebrarán las primeras elecciones sin ETA de nuestra democracia. Al menos estamos más cerca del final.
Sería un atrevimiento por mi parte ponerme aquí a analizar las causas que han llevado a la banda a dar ese paso precisamente en este momento, así como las consecuencias y las posturas que cada formación política adoptará previsiblemente en los próximos meses. Eso se lo dejo a los expertos. Sólo espero que esta vez no haya marcha atrás y que algún día, a no mucho tardar, la noticia sea la entrega de las armas y la desaparición definitiva de ETA.
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