jueves, 3 de noviembre de 2011

MARCAPÁGINAS: 84, CHARING CROSS ROAD

Si le gusta leer, le enamorará 84, Charing Cross Road. Lo afirmo así, rotundamente y sin ningún tipo de duda. Le cautivará el aroma que desprende a vieja librería de barrio; le sorprenderá el grado de intimidad entre esas dos almas solitarias separadas por un océano, pero unidas por los libros; le emocionará la solidaridad y la gratitud que encontrará en sus páginas; y le enganchará la ironía de Helene Hanff, su autora. 
Pero quizá lo que más le guste sea descubrir que esta novela epistolar no es ficticia. La norteamericana Hanf se pasó toda su vida intentando triunfar en el difícil mundo de la literatura, sin éxito. Hasta que decidió publicar la correspondencia que, durante más de veinte años, mantuvo con una pequeña librería londinense de ejemplares de segunda mano. Con su principal interlocutor, Frank Doel, responsable del negocio, inicia una relación comercial que, pogresivamente, adquiere un tono más relajado y próximo. La de Hanf y Doel es una historia de amor, pero sin amor. Se respetan, se toleran, se comprenden y, con el tiempo, se conocen íntimamente.
Pero Frank no es el único que se deja seducir por la autora; otros trabajadores de "Marks & Co., Libreros" y la propia familia de Doel también establecerán vínculos con esa mujer que con un humor fino y, sobre todo, con su generosidad se ganó su respeto.
84, Charing Cross Road nos regala también un sutil recorrido por el complicado contexto histórico que les tocó vivir a sus protagonistas. No entraré en detalles para que cada carta sea una sorpresa para usted. Créame, me lo agardecerá.
Un libro sobre libros que engancha y que, en plena era tecnológica, se degusta con el placer de una delicatessen. Para todos.       

"25 septiembre 1950
Dice que tiene una primera edición de La Universidad de Newman por seis pavos... ¡y me pregunta con aire de inocencia si la quiero!
Querido Frank: 
Sí, la quiero. No seré capaz de ganarme bien la vida. Jamás me han importado gran cosa las primeras ediciones por sí mismas..., pero ¡una primera edición de ESE libro!
Oh, cielos...
puedo verlo ya.
Envíeme también la Antología de Oxford, por favor. No se pregunte nunca si habré encontrado algo en cualquier parte, porque ya no busco en ninguna otra parte. ¿Para qué voy a bajar hasta la calle 17 a comprar libros sucios y estropeados cuando puedo conseguirlos de ustedes limpios y hermosos sin tener que alejarme de mi maquina de escribir? Desde donde estoy ahora, Londres se encuentra muchísimo más cerca que la calle 17". 

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