"Soy, existo. Tengo dos manos, un cerebro y varios proyectos. No hay de qué asustarse. No tengo motivos. Sólo ocurre que dos y dos no son cuatro, esa es la mayor mentira que nos cuenta la matemática. Es verano, comienza el verano y esa es mi mayor coartada. Escribo sentada en un café y, como decía el poeta, lo hago para no destrozar mi único corazón en beneficio del milenio.
En mi móvil, que miro cada 10 minutos, veo que sigo sin notificaciones, es decir, sin respuestas a mis leves demandas. Entretanto, por higiene mental, acabo de borrar de mi diccionario particular palabrejos y frases recurrentes como "prima de riesgo", "rescate", "plan de restauración", "viajes a cargo del erario público", "marco del G20", "zona euro", "condiciones del préstamo", "financiación a la actividad económica", "recortes, recortes y recortes".
Pero, sobre todo, hay una que tengo tachada con tinta roja: "crisis". Cada vez que la escucho me pica el brazo. Es así, para vivir con dignidad necesito distancia porque todo eso contamina. Hablemos claro. Ni crisis ni gaitas, ni conciencias tranquilas, ni yo no he sido pero cobro de aquí y también de allá. Mentiras y palabras tibias, ya no sirven. Llamemos a las cosas por su nombre. Nos han robado unos cuantos muchos sinvergüenzas a una multitud que se ha quedado estupefacta al constatar que estamos en manos de gente tan poco recomendable. La palabra que se ha instalado últimamente en mi vocabulario es "desconcierto" y es que no encuentro una forma mejor de definir mi estado de ánimo. Estoy desconcertada, no desolada, ni desasosegada. No tengo azogue ni angustia. Sólo desconcierto.
No me siento apenada, no. Tengo orgullo y rabia para rato. No cedo, y pasos atrás los mínimos. Sobreviviré, ¿cómo? no sé. Saberlo sería demasiado. Supondría ser tan lista como esos que manejan las palabrejas innombrables".
GELES HORNEDO
En mi móvil, que miro cada 10 minutos, veo que sigo sin notificaciones, es decir, sin respuestas a mis leves demandas. Entretanto, por higiene mental, acabo de borrar de mi diccionario particular palabrejos y frases recurrentes como "prima de riesgo", "rescate", "plan de restauración", "viajes a cargo del erario público", "marco del G20", "zona euro", "condiciones del préstamo", "financiación a la actividad económica", "recortes, recortes y recortes".
Pero, sobre todo, hay una que tengo tachada con tinta roja: "crisis". Cada vez que la escucho me pica el brazo. Es así, para vivir con dignidad necesito distancia porque todo eso contamina. Hablemos claro. Ni crisis ni gaitas, ni conciencias tranquilas, ni yo no he sido pero cobro de aquí y también de allá. Mentiras y palabras tibias, ya no sirven. Llamemos a las cosas por su nombre. Nos han robado unos cuantos muchos sinvergüenzas a una multitud que se ha quedado estupefacta al constatar que estamos en manos de gente tan poco recomendable. La palabra que se ha instalado últimamente en mi vocabulario es "desconcierto" y es que no encuentro una forma mejor de definir mi estado de ánimo. Estoy desconcertada, no desolada, ni desasosegada. No tengo azogue ni angustia. Sólo desconcierto.
No me siento apenada, no. Tengo orgullo y rabia para rato. No cedo, y pasos atrás los mínimos. Sobreviviré, ¿cómo? no sé. Saberlo sería demasiado. Supondría ser tan lista como esos que manejan las palabrejas innombrables".
GELES HORNEDO
- Periodista -
2 comentarios:
Genial Ángeles!! Encontrar la palabra es lo difícil!! Desconcierto es exacta!! Si cualquiera sirviera para encontrar palabras no existiríamos ni lis periodistas ni los expertos en propaganda... Que somos casi los mismos.
Ángeles eres grande. Sin más.
Me uno al desconcierto y la estupefacción ante la impunidad de lo que nos roban. En mi libreta también he tachado "subida del IVA", "euríbor" y "fondo de liquidez". Un aplauso a este post y al nuevo diseño de esta web
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