sábado, 2 de diciembre de 2023

LA MEJOR

Decía su gran amigo Antonio Gala que en toda relación amorosa hay un devoto y un Dios; o, lo que es lo mismo, un amante, generoso y entregado, y un amado que se deja querer. A Concha Velasco le tocó ser de las primeras; ella misma reconocía no haber tenido demasiada suerte con sus parejas; en especial, con Pedro Marsó, su exmarido, a quien nunca dejó de adorar pese a sus deslealtades y sus truhanadas. Pero parece que la vida le quiso compensar ese papel, aparentemente desventajoso, con la adoración de las tablas de los innumerables teatros en los que lloró, rio, gritó y se desnudó en cuerpo y alma; con la veneración de las cámaras que se rindieron a su carisma y fotogenia; y, por encima de cualquier otra cosa, con la admiración y el aplauso del público. A los 84 años, y tras casi siete décadas dedicada al mundo del espectáculo, Concha, Conchita, se ha marchado. Y, con ella, Dolly Levi, Santa Teresa de Jesús, Orosia Valdés, Filomena Marturano, Palmira Gadea, Madame Rosa, Hécuba, Doña Carmen y tantas otras mujeres a las que prestó su voz, sus gestos, su maestría.
Desde niña tenía claro que ella quería ser artista y, con mucho esfuerzo y talento, se convirtió en una de las más completas y polifacéticas. Porque la Velasco triunfó en la música, el cine, el teatro y la televisión. Precisamente, Gala le advirtió que su excesiva presencia en este último medio y su sobreexposición en la prensa del corazón le iban a privar de aquel Goya más que merecido al que estaba nominada por Más allá del jardín. “No te lo van a dar, no te lo van a dar”, le decía el escritor. Y, efectivamente, no se lo dieron. Concha se tuvo que conformar con un premio honorífico de la Academia. Lo que, quizá, Gala no sabía es que precisamente esa cercanía, esa mentalidad populachera y esa entrega absoluta a su profesión le sumaba más de lo que le restaba. Porque, yo me pregunto: ¿qué es un Goya comparado con alcanzar la categoría de mito?
Hoy, la muerte de Concha Velasco ha abierto telediarios y eclipsado cualquier otra noticia en todo tipo de medios de comunicación, ha puesto de acuerdo a rivales políticos, ha arrastrado al Teatro de La Latina a miles de ciudadanos anónimos con ganas de despedirse de ella, aunque no la conocieran… y ha hecho que en millones de hogares se sienta un pequeño vacío. Porque Concha Velasco era la chica yeyé, la del cine de barrio y la de la Cruz Roja; la musa de Mariano Ozores, Pedro Olea y Berlanga; la muchachita de Valladolid; la que nos dio “sorpresas, sorpresas” y veladas de puro espectáculo; la de Fotogramas y también la del Deluxe; la partenaire de Manolo Escobar, Tony Leblanc, Alfredo Landa o José Sacristán... Era voz, sonrisa, pasión y escuela. Una "humilde cómica dispuesta a aceptar todos los papeles", según ella misma. Y, definitivamente, amada como pocas.
Ay, Concha, querida Concha, te saliste con la tuya: fuiste artista. Con pieles o harapos, estrella solista, protagonista, la más famosa, la más hermosa… La mejor.

lunes, 13 de marzo de 2023

OSCAR 2023. PREVIA Y QUINIELA.

Cuando todavía resuenan en el Dolby Theatre los ecos de la bofetada que Will Smith le propinó al humorista Chris Rock hace un año, Hollywood afronta la nonagésima quinta gala de los Oscar con la incógnita de si la Academia, tradicionalmente tachada de conservadora, se atreverá a coronar a la favorita Todo a la vez en todas partes, mezcla estrambótica de comedia y ciencia ficción, frente a propuestas más clásicas y convencionales (y no por ello menos meritorias), como Los Fabelman, Sin novedad en el frente o Almas en pena de Inisherin. La atípica cinta de Daniel Kwan y Daniel Scheinert, que narra la historia de una inmigrante china que regenta una lavandería en Estados Unidos y se ve obligada a salvar el mundo utilizando los múltiples y sorprendentes poderes que le brinda el infinito multiverso (ahí la llevas), llega a la ceremonia en plena forma tras haber arrasado en las últimas semanas en los galardones de los sindicatos de actores, directores, productores y guionistas, y con tres de sus protagonistas aspirando seriamente a levantar la estatuilla. Los más optimistas auguran que podría cosechar siete de los once premios a los que aspira; una gesta heroica para un film irreverente y revolucionario que muchos ya catalogan como “de culto”, con un diseño visual poderoso y acelerado, ingenioso, friki y gamberro, que conecta a la perfección con la conocida como Generación Z, pero quizá resulte demasiado lejana, desordenada e incomprensible para una audiencia más amplia, madura y tradicional que no entiende tanta fascinación por un relato más propio del Tiktok que de lo que suele proyectarse en las pantallas de cine. 
Todo a la vez en todas partes resulta tan extrema que la veneras o la detestas. Por eso, es lógico pensar que al académico que la escoja como Mejor Película también le habrá encandilado su reparto, fotografía, montaje, guión, vestuario, banda sonora... La pregunta es: ¿existe una alternativa? ¿Alguna de sus competidoras cuenta con posibilidades reales de aguarle la fiesta y acumular más de tres victorias? A priori, cuesta visualizarlo. Así que, en el improbable supuesto de que tanta la euforia en torno a la "ida de olla" de los Daniels pinche y dé paso a la decepción, asistiremos a un palmarés repartido y sin un claro vencedor.

viernes, 14 de febrero de 2020

OSCAR 2020. HÉROES, PARÁSITOS Y TRAJES DE PROTESTA

Heroicidad. No se me ocurre una palabra más acertada para definir la victoria de Bong Joon-Ho y el resto del equipo de Parásitos en la 92ª edición de los Oscar. Por primera vez en la historia, una cinta en lengua no inglesa conseguía el reconocimiento a la Mejor producción del año. Y no solo eso: también se imponía en "Dirección", "Guión original" y "Película internacional" (categoría que, por cierto, estrenaba denominación). En total, cuatro (memoricen ese número, que trajo suerte) hombrecillos dorados que saben a asalto, a seísmo, a honestidad y a aperturismo. Pero no nos adelantemos... 
La velada marchaba según lo previsto. Porque, pese a la incuestionable calidad de las candidatas, el botín parecía repartido de antemano. 1917 llegaba a la gala confiada, como el batallón que la protagoniza, sin ser consciente de la emboscada que le tenía preparada el contrincante alemán (en este caso, surcoreano). La misión empezaba con tres pequeños tropiezos: primero, Diane Keaton no podía contener un alarido de placer y satisfacción, mezclado con sorpresa, cuando Keanu Reeves, su partenaire, desvelaba el Mejor guión original: Parásitos. A continuación, Érase una vez en... Hollywood le "robaba" la distinción a Mejor diseño de producción; y Le Mans 66 se quedaba con "Montaje de sonido". Sin embargo, tres estatuillas prácticamente seguidas ("Sonido", "Fotografía" y "Efectos visuales") devolvían la esperanza y levantaban el ánimo de la tropa.

domingo, 9 de febrero de 2020

OSCAR 2020. PREVIA Y QUINIELA.

1917, Érase una vez en... Hollywood, Historia de un matrimonio, El irlandés, Jojo Rabbit, Joker, Le Mans 66, Mujercitas o Parásitos. En apenas unas horas, y tras la mítica frase "and the Oscar goes to...", una de estas nueve películas alcanzará la gloria eterna cinematográfica. La lista es de una calidad apabullante y servirá para recordar por los siglos de los siglos el enorme nivel de la industria en 2019. Sin embargo, solo una se convertirá en "la elegida", en la ganadora de la nonagésimo segunda edición de los premios de la Academia, acaparará las conversaciones del día después (ojo, que también está en juego la etiqueta de "la gran perdedora") y tendrá el honor de formar parte de ese selecto club de títulos bendecidos por la estatuilla dorada.
La cinta bélica de Sam Mendes parte como la mejor posicionada, tras imponerse en los Bafta y los Globos de Oro. Y eso que irrumpió en la competición tarde (la última ganadora estrenada en diciembre fue Million Dollar Baby, en 2005), cuando las apuestas de los expertos se dividían entre los gángsteres de Scorsese y la mirada nostálgica (y violenta) de Tarantino a la meca del cine. Nada que objetar: 1917, que cuenta la peligrosa misión contrarreloj de dos soldados británicos a través del territorio enemigo para evitar una masacre de un escuadrón de 1.600 hombres en una trampa del bando alemán durante la Primera Guerra Mundial, sería una dignísima vencedora, pues empuja al espectador a una cruda inmersión en el horror del campo de batalla, además de suponer un proyecto personalísimo de su realizador (se ha inspirado en las narraciones de su abuelo en su niñez) y, sobre todo, una titánica proeza técnica para simular un plano secuencia (o dos). Algunos pensamos que su victoria estaría más revestida de consenso con tintes academicistas que de entusiasmo, para ser realistas. Seguiría la estela de otros relatos militares como Patton (1970), El cazador (1978), Platoon (1986) y En tierra hostil (2008).

jueves, 6 de febrero de 2020

EL GRAN CIRCO DE PARÁSITOS

Parásito.
1. Dicho de un organismo animal o vegetal: que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo.
2. Dicho de un ruido: que perturba las transmisiones radioeléctricas. 
3. Dicho de una persona: que vive a costa ajena.
4. Piojo (insecto parásito del hombre).

Así define la RAE el término que, en plural, emplea el surcoreano Bong Joon-ho para regalarnos una película sólida, perturbadora, mordaz y desgarradora que, en dos horas, se desliza con la precisión de un equilibrista por distintos géneros cinematográficos; de la comedia de enredo al suspense hitchcockniano; de la denuncia social al terror visceral. Siguiendo con el símil circense, el guionista y director actúa como un ilusionista, sacándose de la chistera con destreza giros inesperados, recovecos recónditos y figuras casi fantasmagóricas para descolocar y demudar el rostro del espectador reflexivo. Es entonces cuando las fieras salvajes se tornan, por momentos, animales indefensos enjaulados que sólo ansían sobrevivir tirando de sus instintos primarios; y los domadores y observadores cómplices dejan asomar un intenso hedor a crueldad y supremacismo. Víctimas y verdugos, culpables e inocentes brincan cual acróbatas sobre una pista enmoquetada con movimientos tan interiorizados y fluidos que chocan en su vuelo e incluso llegan a confundirse, a intercambiar sus roles.