jueves, 27 de mayo de 2010

MEJOR NO SABER

En este blog normalmente intento evitar los temas relacionados con la política. Y no porque no tenga claras mis ideas o porque me de miedo expresarlas. Sencillamente no lo hago y ya está. Supongo que la explicación es tan simple como que encuentro otros asuntos que me estimulan más.
Con la que está cayendo (el polémico anuncio de las medidas anticrisis del Gobierno Zapatero; la suspensión cautelar de sus funciones al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón; los escándalos judiciales que rodean a Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, y otros miembros del Partido Popular en relación con la Trama Gürtel...), es difícil quedarse callado.
Por eso, hoy quiero decir alto y claro que estoy harto de tanta crispación. Puedo llegar a entender que las tertulias televisivas dediquen horas y horas a temas banales sin llegar a ninguna conclusión y sin "arreglar" nada; simplemente hay que llenar espacio. Pero la política y la justicia no deberían seguir ese mismo esquema. Se destapan escándalos que nunca parecen tener fin; cada partido político arroja argumentos y datos en su propio beneficio, que pretenden tumbar los del contrario. Se dedican a lanzarse graves acusaciones sobre corrupción, persecuciones y trampas, y sin parpadear. Secundan y avalan decisiones de sus colegas de formación instintiva y maquinalmente, con descaro y fe ciega. Socialistas y populares han creado dos fortines y su obsesión es atacar y defenderse, maquillar las cifras y crear titulares. ¿Y la verdad? ¡Qué importa a estas alturas del partido la verdad! Lo importante son las encuestas, la imagen que se transmite y, como guinda del pastel, los votos. La honorabilidad y la transparencia se sitúa por debajo de la superficialidad y, lo que es más grave, las posibilidades de alcanzar o mantenerse en el poder. ¿Tan difícil es demostrar la inocencia o la culpabilidad de cualquiera? ¿Es imposible que alguien reconozca que se ha realizado una gestión errónea? ¿Está la justicia tan politizada como parece? ¿Ya no queda ningún medio de comunicación mínimamente crítico e independiente? ¿Soy el único al que le hierve la sangre al ver que los ciudadanos somos meros espectadores y que no podemos hacer nada para cambiar este vergonzoso sistema? Todos conocemos las respuestas, lamentablemente. Conclusión: mejor no saber.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo no puedo entender,que cuando por medio de grabaciones o por cualquier otro medio se averigua que un señor sea politico o cualquier otra cosa no sirve de cara a la ley,si eso prueba que es un sinverguenza deberia de servir para incriminarlo ya que si lo ha hecho debe de pagarlo y dejarse de tonterias.Los derechos de ellos estan muy bien,pero ¿que hay del respeto a los demás?