sábado, 9 de octubre de 2010

DAMAS Y CABALLEROS: ELIZABETH TAYLOR

Es uno de los últimos mitos vivientes del séptimo arte, la actriz con la belleza más racial de todos los tiempos, ojos de gata y personalidad arrolladora; sin duda, la intérprete de la época esplendorosa de Hollywood.
Hoy hablamos de ella, de Elizabeth Taylor.


La estrella más dorada y violeta que existe en el celuloide universal se llama Elizabeth. Para mí, dicha actriz es dorada porque jamás nadie ha brillado como ella en la gran pantalla. Nadie como la Taylor ha sabido expresar tantos sentimientos sin hablar. Sólo su mirada puesta en el océano ha sido suficiente para contarnos qué sentía en cada una de sus secuencias que nos regalaba.

Es una actriz violeta como sus ojos. Muchos dicen que son únicos en el mundo, que no hay otro iris de dicho color; no me extraña, sus ojos son sólo una parte de su físico que la hace diferente a todas las demás. Liz, así la conocen sus amigos y sus admiradores, es un personaje que ha brillado desde pequeña. Ha sido una niña prodigio capaz de iluminar a muchos de los compañeros y directores que ha tenido cerca. Mimada y respetada a partes iguales, es sin duda uno de los grandes símbolos de Hollywood. Si os preguntara por los cinco nombres de los actores y actrices más relevantes del cine clásico norteamericano, seguro que un cien por cien incluiría el de dicha dama.
Su fuerza desgarradora y su flamante puesta en escena han servido para enamorar a mucha gente y no sólo a los profesionales de la gran pantalla. Liz sabía el poder que tenía y lo utilizaba como ella quería, y es de las pocas personas que realmente pueden decidir qué hacer con su vida, tanto en lo personal como en lo profesional.

Admiro profundamente a esta mujer, que por suerte todavía sigue viva, porque jamás le ha importado el qué dirán y, al parecer, siempre ha estado al lado de sus amigos, fueran o no el icono de la normalidad. A lo largo de su vida, se ha rodeado de gente profundamente atormentada, pero ella ha permanecido cerca de ellos en todo momento. Liz, además de ser una actriz inigualable, ha sido una gran amiga. No sé hasta que punto ha podido ser una esposa ejemplar, a falta de saber si alguno de sus maridos lo ha sido…
Elizabeth, nunca nadie va a poder sustituirte. Tus ojos te otorgaron el Oscar más grande que jamás podrá tener un actor en su vida. Eres única e irrepetible, siempre serás exclusivamente bicolor, dorada y violeta.



Próxima entrega: Montgomery Clift

- Lázaro Sánchez -

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Liz siempre será una de las mejores actrices de Hollywood. Bonito homenajes. Sonia

Hablo lo que siento... dijo...

Genial...

te dejo el mio, a ver que te parece...

http://destroy114.blogspot.com/2011/03/taylor-adios-la-ultima-diva.html