viernes, 21 de septiembre de 2012

EL PEQUEÑO CLUB DE LAS PALABRAS CURIOSAS (XI)

La RAE parece dispuesta a adaptarse a los nuevos tiempos. Si al principio del verano anunciaba la incorporación al Diccionario académico de términos como matrimonio homosexual, bloguero, chat, espanglish, friki, SMS y tableta electrónica, ayer hizo lo propio con tuit, tuiteo, tuitero y tuitear. No está mal pensada esta estrategia para modernizar el idioma y acercarse a los jóvenes, aunque me preocupa la tendencia a "españolizarlo" todo. ¿Qué será lo próximo: aipad, guasap o esmarfón?
Antes de hablar de palabras en peligro de extinción, creo que algunos de esos últimos fichajes del Diccionario merecen una mención especial: 

"Culamen: Culo (nalgas)".

"Gayumbos: Calzoncillos".

"Canalillo: Comienzo de la concavidad que separa los pechos de la mujer tal como se muestra desde el escote".

"Acojonamiento: Acción y efecto de acojonar o acojonarse".
 
Teniendo en cuenta que, en 2010, ya se incluyeron meloncete y muslamen, sólo puedo plantearme una pregunta: ¿Quién ha hecho la selección? ¿Andrés Pajares y Fernando Esteso? ¿Arévalo? ¿José Luis Moreno? ¿Qué será lo próximo: pechete, musculitos...? 
 
Pero vamos a lo que vamos... Hoy El pequeño club de las palabra curiosas está dedicado a oficios olvidados, algunos desaparecidos y otros simplemente minoritarios. Empezamos por un término que también se emplea para designar a los aficionados del Atlético de Madrid:
  
"Colchonero: Persona que tiene por oficio hacer o vender colchones".
 
Seguro que alguna vez has escuchado la expresión "tienes cosas de peón caminero", que se utiliza cuando alguien dice una tontería o barbaridad. Supongo que al gremio no le hará ninguna gracia:
 
"Peón caminero: Obrero destinado a la conservación y reparación de los caminos públicos".
 
Esta figura surge a mediados del siglo XVIII, durante el reinado de Fernando VI. Se encargaban del mantenimiento de carreteras y caminos (era la época de las carretas y los carruajes), y disponían de casetas donde guardaban las herramientas y dormían. Actualmente, la presencia de esta profesión en nuestro territorio es prácticamente testimonial. No es la única. A medida que España se ha ido modernizando, otros oficios han pasado casi a la historia:
 
"Recadero: Persona que tiene por oficio llevar recados de un punto a otro".
 
"MulateroAlquilador de mulas // Encargado de cuidar las mulas".
 
"Mielero: Persona que vende miel o comercia con ella".

Y, para terminar, un vocablo que muchos usan para insultar o desacredaitar a alguien:
 
"Mamporrero: Hombre que dirige el miembro del caballo en el acto de la generación".
 
Las profesiones, como el lenguaje, se entienden dentro de un contexto histórico. Por eso, aunque sería bonito poder mantener vivas todas las palabras, no siempre es viable. Desde esta web, y en la medida de mis posibilidades, seguiré trabajando para que no pasen al olvido.

4 comentarios:

Verónica Rodríguez dijo...

A mí me hace muchas gracia el oficio de tornero fresador. Me imagino a una persona esculpiendo una fruta ;-)

David Núñez dijo...

Sí, es un nombre peculiar. Un beso y gracias por tu fidelidad!

Anónimo dijo...

Quiero ser mamporrero de grande

Unknown dijo...

No acabe d'estar d'acord. En sembla que els anglicismes, estàn copan les llengës de l'Estat.