"Ya todos habían hecho acto de presencia en esa historia de tiras y aflojas: la pausada y elegante coma; el punto y seguido, ordenado y cercano; los discretos paréntesis; el punto y aparte, tajante y huidizo; los signos de interrogación y exclamación, cotillas y teatrales, respectivamente; el indeciso punto y coma; las comillas, chismosas como nadie; los dos puntos, siempre creando expectación; los misteriosos puntos suspensivos... Y, cuando nadie le esperaba, llegó él, majestuoso e imponente: el punto final. E hizo que aquello cobrara un sentido".
1 comentario:
Hay que ver lo que me gusta tu blog, David, eres genial. Un abrazo!!
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