domingo, 15 de abril de 2018

20 ACTRICES QUE (CASI SEGURO) GANARÁN EL OSCAR (I)

Si, tras 89 ediciones, el premio Oscar continúa manteniendo su prestigio intacto es, en parte, por lo difícil que resulta obtenerlo. Y ya no digamos más de uno... Sólo 20 actrices lo han conseguido; la última, Frances McDormand, quien hace unas semanas ganaba su segunda estatuilla por Tres anuncios en las afueras (la sumaba a la que lograba en 1997 por Fargo). Empataba con otras 16 míticas mujeres, entre ellas Bette DavisOlivia de HavillandVivien LeighElizabeth TaylorMaggie Smith, Jessica Lange o Jane Fonda. Un escalón por encima se sitúan Ingrid Bergman y Meryl Streep, con tres galardones. Pero la reina de los Oscar es, sin duda, Katherine Hepburn, la intérprete más laureada de todos los tiempos con cuatro victorias, de 12 nominaciones. Me atrevo a destacar a otras 20 artistas con grandes cualidades para inscribir, algún día, su nombre en el hombrecillo dorado. Aunque mucho se tienen que esforzar para alcanzar el listón de Hepburn...  

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JESSICA CHASTAIN Riesgo y elegancia

En una década, Chastain se ha convertido en una de las actrices más admiradas y respetadas del mundo. Debutó en el cine en 2008 y su primera nominación al Oscar no se hizo esperar demasiado: fue en la categoría de reparto por Criadas y señoras (2011); la derrotó su compañera Octavia Spencer. Un año después, llegaría su segunda y última oportunidad hasta la fecha, esta vez como protagonista, por encarnar a una joven agente de la CIA a la caza de Bin Laden en La noche más oscura (2012). En esa ocasión, el premio fue a parar a manos de Jennifer Lawrence, por El lado bueno de las cosas (2012). Desde entonces, y pese a no materializar ninguna otra candidatura, cada temporada su nombre ha peleado por situarse en el quinteto finalista con interpretaciones notables como las de El año más violento (2014), Interstellar (2014), Marte (2015) o El caso Sloane (2016). Este mismo año volvió a quedarse a las puertas por su rol en Molly’s Game (2017), el biopic sobre Molly Bloom, una esquiadora profesional que se hizo millonaria organizando partidas de póker clandestinas. Todavía es pronto para ella, pero su momento llegará…


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SAORSIE RONAN Toda una "lady"

Consiguió su primera nominación al Oscar, en la categoría de reparto, a la temprana edad de 13 años. Fue por interpretar a Briony Tallis, una niña que cambia el destino de cuantos le rodean al acusar a un trabajador de su casa y novio de su hermana de violación, en el film Expiación (2007), de Joe Wright. Lejos de pasar a engordar la lista de niños prodigios del espectáculo que después se echan a perder por malas decisiones y vidas desordenadas, Ronan fue capaz de encadenar proyectos interesantes (The lovely bones, Camino a la libertad, Hanna, El gran hotel Budapest...), hasta que en 2016 consiguió su segunda candidatura, esta vez como protagonista, por Brooklyn (2015), donde da vida a una joven irlandesa que, en la década de los 50, se traslada a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades. También ha sido finalista este mismo año por Lady bird (2017), a las órdenes de Greta Gerwig. En total, tres nominaciones antes de cumplir los 24 años; por poco no batió el récord de Jennifer Lawrence (la misma marca con 23 años y 154 días). Será difícil que la Academia no le tenga en cuenta en 2019 porque en los próximos meses estrenará tres proyectos interesantes: la nueva adaptación de La gaviota, el clásico de Antón Chéjov, con Annette Bening; On Chesil Beach, basada en la novela homónima de Ian McEwan, también autor de Expiación; y, sobre todo, Mary Queen of Scots, que recreará la legendaria rivalidad entre la Reina María Estuardo de Escocia (Ronan), y su prima la Reina Isabel I (Margot Robbie). Este último duelo de jovenes y talentosas actrices promete...



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LAURA DERN Premio a una estirpe

2017 fue su año. Sus apariciones en Twin Peaks y Star Wars: Episodio VIII - Los últimos Jedi y su entrañable Renata Klein de la serie de televisión Big little lies han vuelto a poner de actualidad a una actriz que debutó en el cine siendo una niña y que cuenta en su filmografía con títulos tan memorables como Terciopelo azul (1986), Corazón salvaje (1990), Jurassic Park (1993), Un mundo perfecto (1993) o The Master (2012). A pesar de eso, sólo ha sido finalista al Oscar en dos ocasiones: la primera, como protagonista de El precio de la ambición (1991); curiosamente, por esa misma película también fue nominada, como secundaria, Diane Ladd. Se convertían así en el primer caso de madre-hija en aspirar a la estatuilla en la misma edición. Su segunda oportunidad llegaría 23 años después, en la categoría de reparto, por encarnar a la progenitora de Reese Witherspoon en Alma Salvaje (2014). Ganadora de cuatro Globos de Oro y un Emmy, el Oscar sería el broche de oro no sólo para Laura, sino para una saga que ha dedicado toda su vida al séptimo arte y que nunca ha tenido éxito en esos premios. Su padre, Bruce Dern, ha optado dos veces, por El regreso (1978) y Nebraska (2013). Por su parte, Ladd puede presumir de sus tres candidaturas, por Alicia ya no vive aquí (1974), Corazón salvaje (1990) y El precio de la ambición (1991). Entre los tres suman un total de siete nominaciones infructuosas. Confiemos en que Laura consiga limpiar el honor de la familia.


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MICHELLE WILLIAMS Musa indie

La protagonista de la serie Dawson Crece es otra de esas intérpretes que se ha ganado el respeto de público e industria con tesón y esfuerzo. Su primera nominación al Oscar llegó como actriz de reparto por Brokeback Mountain (2005). Después vendrían sus candidaturas como protagonista por Blue Valentine (2010) y, un año después, por Mi semana con Marilyn (2011), donde encarnaba a la mismísima tentación rubia durante el rodaje de El príncipe y la corista (1957). El año pasado volvió a ser finalista, de nuevo como secundaria, por Manchester frente al mar (2016). A pesar de su escueta presencia, el dolor de Randi, esa madre rota a la que da vida, rebasa la pantalla; pero poco podía hacer frente al “huracán” Viola David, premiada por Fences (2016). Con cuatro nominaciones con sólo 37 años, esta musa del cine independiente con alergia al juego de Hollywood y predilección por roles de gran intensidad dramática tiene todas las papeletas para acumular más de una estatuilla. Porque Michelle, dosificada y discreta, no para de crecer.


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AMY ADAMS La eterna aspirante

El año pasado se quedó a las puertas de la nominación por La llegada (2016), algo que indignó a sus fans. Quizá la Academia quería evitarle el disgusto de igualar el récord que comparten Deborah Kerr, Thelma Ritter y Glenn Close, las actrices con más candidaturas sin haber ganado nunca la estatuilla. En concreto, seis veces se quedaron las tres con su gozo en un pozo. A sus 43 años, Adams ha rozado la gloria en cinco ocasiones, por Junebug (2005), La Duda (2008), The Fighter (2010), The Master (2012) y La gran estafa americana (2013). Y, al contrario que en los Globos de Oro, tampoco la tuvieron encuentra por sus papeles en Encantada: la historia de Giselle (2007) y Big eyes (2015). Sus seguidores destacan su dulzura, polivalencia y capacidad para sacar el máximo partido a cada personaje. Sus detractores, en cambio, creen que le falta carisma para convertirse en una gran estrella. Su caso recuerda al de otra grande, Julianne Moore, premiada en su quinto intento. Y, seguramente como a ella, en el fondo probablemente le estén haciendo un favor. El día que obtenga el Oscar todos pensaremos que se lo tiene más que merecido. De momento, ya figura en las quinielas para 2019 por Backseat (2018), de Adam McKay, donde dará vida a la mujer de Dick Cheney (Christian Bale), quien fuera vicepresidente de Estados Unidos bajo el mandato de George W. Bush, y responsable de muchas de las decisiones que se tomaron durante su gobierno en asuntos exteriores, como la invasión de Iraq y Afganistán.


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ANNETTE BENING Aristocracia de Hollywood

En una industria en la que escatiman los grandes personajes para mujeres maduras, pocas son las afortunadas que pueden presumir de trabajar en proyectos interesantes de manera continuada. Y aunque la mujer de Warren Beatty debe estar deseando que se retire Meryl Streep para heredar todos sus papeles, no se puede quejar porque, hasta ahora, no le ha ido mal. Ha sido nominada en cuatro ocasiones al Oscar: la primera vez, como secundaria, por Los timadores (1990) y, después, como protagonista por American Beauty (1999), Conociendo a Julia (2004) y Los niños están bien (2010). Como dato curioso, Hilary Swank le ha ganado en dos ocasiones. No obstante, Bening también debería haber sido finalista por sus actuaciones en Bugsy (1991) y 20th Century Women (2016). Lamentablemente, este año no pudo sumar una quinta candidatura, precisamente por dar vida en sus últimos días a la oscarizada actriz Gloria Grahame en Las estrellas de cine no mueren en Liverpool (2017). Bening se prodiga poco en pantalla, pero selecciona muy bien sus apariciones. En su vitrina acumula dos Globos de Oro, un Bafta y otros dos premios del Sindicato de Actores. El Oscar, si es que llega, vendrá a redondear una carrera brillante de una actriz serena, atrevida y sofisticada. No lo descarten el año que viene por su recreación de Irina Arkádina en La gaviota, dirigida por Michael Mayer.


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ROONEY MARA La chica rara

Magnética, inquietante, camaleónica, poco convencional, fría, enigmática… Estos son los adjetivos que normalmente se le atribuyen a esta neoyorkina de 32 años que ha sido nominada en dos ocasiones a los Oscar. Su primera candidatura llegó por ponerse a las órdenes de David Fincher en Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres (2011), donde interpreta a Lisbeth Salander, papel al que también aspiraban Natalie Portman, Jennifer Lawrence y Scarlett Johansson, entre otras; entonces, su interpretación, entregada e impactante, hizo que los medios pusieran el foco sobre esta actriz osada y desafiante, pero demasiado desconocida para arrebatarle el galardón a la portentosa Tatcher de Meryl Streep, en La dama de hierro (2011). Cuatro años después, con una carrera consolidada, volvía a ser finalista, esta vez como secundaria, por Carol (2015), protagonizando un duelo de altura con su admirada Cate Blanchett. Conocedores de su enorme potencial, los miembros de la Academia le exigirán un "tour de force" para premiarla. No tengo ninguna duda de que lo logrará.


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MICHELLE PFEIFFER El renacimiento de una estrella

La Academia se equivocó cuando, en la edición de 1989, se dejó llevar por el sentimentalismo al elegir como mejor protagonista a la octogenaria Jessica Tandy, por Paseando a Miss Daisy, en lugar de a Michelle Pfeiffer, perfecta en su papel de cantante de orquesta de salón en Los Fabulosos Baker Boys. Probablemente pensarían que ya habría más ocasiones de reconocer el talento de una actriz que, en esa época, llegó a rivalizar como mejor pagada con la mismísima Julia Roberts. Tampoco la premiaron por sus roles en Las amistades peligrosas (1988) y en Por encima de todo (1992). Y la ignoraron por sus papeles en Casada con todos (1988), La casa Rusia (1990), Frankie y Johnny (1991) y La edad de la inocencia (1993); en cambio, sí fue nominada a los Globos de Oro en todas esas ocasiones. Al cambiar de siglo, la carrera de la californiana se diluyó, limitándose a escasos títulos sin interés. El año pasado, Darren Aronofsky la dirigió en Mother! (2017), película que de alguna manera ha supuesto su renacimiento artístico, pero no le ha reportado su cuarta candidatura, en este caso como secundaria. El Oscar llegará...; tarde, pero con justicia.


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SCARLETT JOHANSSON Nacida para ser estrella

Ha ganado un Tony, un Bafta y acumula cuatro nominaciones a los Globos de Oro... Sin embargo, la Academia nunca la ha tenido en cuenta para los Oscar, ni siquiera por su inolvidable Charlotte de Lost in traslation (2003); ni tampoco por su aplaudida actuación en La joven de la perla (2003). Sus fans están tan ansiosos por verla recoger la estatuilla que incluso hicieron campaña para que fuera candidata por prestar su voz ronca a Samantha, el sistema operativo informático del que se enamora Joaquin Phoenix en Her (2013). "Me siento muy desconectada del proceso de premios. Yo ni siquiera sé cómo funciona. ¡Y eso que soy miembro de la Academia! Parece que es una cosa política. Simplemente me parece algo muy abstracto", dijo en una ocasión. Ha demostrado que, pese a la etiqueta de sex symbol que le persigue, es una actriz con personalidad, con las ideas claras, celosa de su intimidad y heredera del glamour de los mitos del Hollywood dorado. Capaz como nadie de alternar blockbusters de acción y superhéroes con comedias ligeras y dramas consistentes, la veremos recoger la estatuilla con la seguridad de quien, desde pequeña, sabía que había nacido para estar delante de una cámara y ser una estrella.


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KRISTEN STEWARD La actriz de la mirada triste

Al igual que a Robert Pattinson, a Kristen Stewart hay que reconocerle su empeño y esfuerzo en quitarse de encima la pesada losa de la saga Crepúsculo. Quizá su aire lánguido y desganado, sumado al machacón goteo de informaciones sobre su marketiniano romance con su compañero de reparto y sobre su vida sexual en la prensa sensacionalista, provocaron que muchos se dejasen llevar por los prejuicios y no supiesen ver su enorme potencial. Incluso ganó el Razzie en 2012 por su personaje de Bella Swan. Pasado ya el tsunami vampírico, Steward se va ganando poco a poco el respeto después de dar lo mejor de sí misma a las órdenes de directores como Woody Allen, Olivier Assayas y Ang Lee, entre otros. Su fuerte, esa mirada triste tan llena de verdad. En 2015, se convertía en la primera actriz estadounidense en ganar un premio César por su papel, como secundaria, en Viaje a Sils Maria (2014). Si sigue por esa línea, Hollywood acabará compensándole por tanto sufrimiento. De todas formas, no parece que sea algo que le obesione, a juzgar por sus declaraciones a una revista: “yo nunca, nunca, he pensado: algún día ganaré un Oscar. De verdad, para mí ese ‘algún día’ siempre ha sido para decir: ¡Algún día seré directora de cine! ¡Algún día, dirigiré películas!”.


Continuará...

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