MARCAPÁGINAS: MUERTE DE UN VIAJANTE

El escritor Arthur Miller obtuvo el Premio Pulitzer en 1949 por esta obra que está considerada como una de las mejores piezas del teatro norteamericano del siglo XX. "Jamás imaginé que adquiriría las proporciones que ha tenido. Era una obra literal sobre un vendedor, pero luego se convirtió en un mito, no sólo aquí, sino en muchas otras partes del mundo", afirmaba Miller en 1988. Muerte de un viajante cuenta el drama de Willy Loman, un trabajador infatigable que, en el ocaso de su vida, descubre que todo su esfuerzo no ha servido para nada. A través del discurso desolador de su protagonista, Miller critica veladamente el mito del sueño americano y refleja una sociedad que utiliza y aniquila los deseos del individuo. Un sentimiento de derrota invade a todos los personajes; el orgullo, los reproches y las mentiras se convierten en una constante en sus diálogos, y les impiden reaccionar a tiempo. Finalmente, el pesimismo, la soledad y la desesperación vencen la partida.
Para quienes, en algún momento de sus vidas, han sentido que eran anulados y absorbidos por el sistema social. No aconsejable en época de bajón emocional.

"BIFF: ¡Deja de disculparle, mamá! Siempre te ha tratado como a un trapo sucio. Jamás te ha tenido ni una pizca de respeto. HAPPY: Papá siempre la ha respetado... BIFF: ¿Qué coño sabes tú de esto? HAPPY (irritado): ¡Sólo te pido que no digas que está loco! BIFF: No tiene carácter... Charley no haría una cosa así. No lo haría en su propia casa... Vomitar esa porquería que le ronda la cabeza (...). LINDA: Entonces cambia de padre, Biff, y quédate con Charley. No puedes hacerlo, ¿verdad? No digo que sea un gran hombre. Willy Loman nunca ha ganado mucho dinero. Su nombre no ha salido nunca en los periódicos. No es la persona más agradable que jamás ha existido, pero es un ser humano, y le está ocurriendo algo terrible. Por eso debemos prestarle atención, evitar que acabe en la tumba como un perro viejo".