Por fin me he hecho el ánimo de escribir este post. Muchas veces lo he intentado, pero no tenía demasiadas fuerzas. Ahora ha llegado el momento. Hoy se cumplen tres meses desde que se fue una persona muy importante para mi familia y para mí. Además, el pasado viernes habría sido su cumpleaños. Se juntan, pues, dos fechas señaladas que despiertan recuerdos, aunque lo cierto es que no me olvido de ella ni un sólo día.
Marisol era mi tía, pero también era mi amiga. Lo primero es un vínculo que no se elige. Sin embargo, la amistad, el cariño y la confianza es fruto de un proceso y de unas series de circunstancias. Entre nosotros existía una química especial; podíamos estar hablando horas y horas por teléfono sobre los más diversos temas; nos escuchábamos y nos comprendíamos. Me aguantaba y me calmaba cuando estaba agobiado por los dichosos examenes (luego se reía cuando le contaba que las había aprobado todas), en las épocas de paro y también cuando me veía en la tesitura de tener que elegir entre dos trabajos. Como era un poco brujilla, de vez en cuando me echaba las cartas para darme buenos consejos; yo creo que siempre salían buenos augurios por el cariño con el que lo hacía. Era de las primeras en felicitarme el día de mi cumpleaños y cada vez que me sentaba en el tren para volver a Madrid recibía un mensaje suyo en el que me deseaba buen viaje y me decía que me quería mucho. Y eso es lo más importante para mí, que los dos sabíamos que nos queríamos y no nos daba miedo decírnoslo. Estaba orgullosa de mí y yo de tener una tía como ella.
Durante casi cuatro años luchó incansablemente contra una enfermedad despiadada y cruel. Y lo hizo en todo momento sin perder la sonrisa y la ilusión por vivir. Creo que me va a costar mucho conocer a alguien con esa vitalidad, esa alegría y esa positividad. Es fácil recordarla haciendo bromas, gestos divertidos y riendo, siempre riendo y haciendo un esfuerzo por ver el vaso medio lleno. Una luchadora que se fue como vivió, sin hacer ruido. Me gustaría tener sólo la mitad de fuerza que ella tenía.
A lo largo de mis 28 años, he perdido a otras personas cercanas, a las que también apreciaba y de las que no me olvidaré; pero sin duda ésta ha sido mi despedida más dolorosa. Admiraba el vínculo que tenía con sus hermanos y el amor a su familia, su pasión por la lectura y la naturaleza, y su capacidad para escuchar. En definitiva, era una buena persona que todavía tenía mucho por hacer, mucho que dar.
He elegido esa imagen para encabezar este texto porque una vez me contó que cuando se encontraba mal, le gustaba pensar en corrientes de agua y se inspiraba en las fotos que hice de las Cataratas del Iguazú durante mi estancia en Argentina. Ahora yo hago lo mismo.
Si escribo estas líneas, cosa que me está costando muchísimo, es porque sé que a ella le gustaba pasarse por aquí de vez en cuando. Aunque no creo que exista otra vida después de la muerte ni nada parecido, me reconforta pensar que pueda seguir leyendo lo que escribo.
Dicen que uno no muere del todo mientras alguien le recuerde. Sólo diré que es imposible olvidar a alguien como ella. Hasta pronto.
Durante casi cuatro años luchó incansablemente contra una enfermedad despiadada y cruel. Y lo hizo en todo momento sin perder la sonrisa y la ilusión por vivir. Creo que me va a costar mucho conocer a alguien con esa vitalidad, esa alegría y esa positividad. Es fácil recordarla haciendo bromas, gestos divertidos y riendo, siempre riendo y haciendo un esfuerzo por ver el vaso medio lleno. Una luchadora que se fue como vivió, sin hacer ruido. Me gustaría tener sólo la mitad de fuerza que ella tenía.
A lo largo de mis 28 años, he perdido a otras personas cercanas, a las que también apreciaba y de las que no me olvidaré; pero sin duda ésta ha sido mi despedida más dolorosa. Admiraba el vínculo que tenía con sus hermanos y el amor a su familia, su pasión por la lectura y la naturaleza, y su capacidad para escuchar. En definitiva, era una buena persona que todavía tenía mucho por hacer, mucho que dar.
He elegido esa imagen para encabezar este texto porque una vez me contó que cuando se encontraba mal, le gustaba pensar en corrientes de agua y se inspiraba en las fotos que hice de las Cataratas del Iguazú durante mi estancia en Argentina. Ahora yo hago lo mismo.
Si escribo estas líneas, cosa que me está costando muchísimo, es porque sé que a ella le gustaba pasarse por aquí de vez en cuando. Aunque no creo que exista otra vida después de la muerte ni nada parecido, me reconforta pensar que pueda seguir leyendo lo que escribo.
Dicen que uno no muere del todo mientras alguien le recuerde. Sólo diré que es imposible olvidar a alguien como ella. Hasta pronto.
11 comentarios:
Preciosas tus palabras, las comparto, y te entiendo perfectamente. Yo perdí a mi tío hace 9 años y créeme que le recuerdo como el primer día. También hago cosillas que sé que le gustan de mí, me quedo como nueva así que te animo a seguir escribiendo para ella. Es todo un orgullo tenerte como amigo y TE QUIERO UN MONTÓN. Un beso. Tere
Ya quisiera yo que alguien de mi familia me recordara(cuando me vaya),como tu recuerdas a tu tia,es lo mas bonito que le puede suceder a alguien. YO TAMBIEN TE QUIERO UN MONTON M.j
Precioso david, ella siempre nos ha cuidado y siempre lo hará, estaria muy orgullosa de ti si lo pudiese leer.
Un saludo primo, del más chiquitin de los sobrinos :)!
Ella, para todos los que la queríamos, era una persona especial. Para escribir todo esto también se necesita ser especial. Es precioso lo que has escrito, sabiendo que lo has hecho desde dentro, con la sensibilidad y cariño que te caracteriza. Me consta que te ha salido del alma y que te ha costado mucho hacerlo, con lágrimas y pena. Pero si de algo estoy segura es que ella nos esta viendo y debe estar muy orgullosa de la familia que tiene.
T.N.M.
Muchas gracias a todos por vuestras palabras. Os quiero mucho
NO TE QUEPA LA MENOR DUDA DAVID QUE DESDE DONDE ESTE TU TIA ESTARA ORGULLOSISIMA DE TENER UN SOBRINO COMO TU Y DE VER COMO SU FAMILA SE MANTIENE UNIDA QUE ES LO MAS IMPORTANTE,SOLO CON QUE NOS ACORDEMOS UNA VEZ AL DIA DE ELLA ESTARA SIEMPRE VIVA.ERES GRANDE DAVID.
TE QUIERO DAVID, TU PRIMO.
Si tu tía leyera esto se sentiría muy orgullosa de tí. Tienes una sensibilidad muy especial que te hace diferente.
Muy bonitas palabras escritas desde con el alma.
Un abrazote.
Rebeca.
No tengo palabras, David. Estoy emocionada. Preciosas palabras que nacen tu corazón, donde ella permanecerá siempre. Besitos
Enhorabuena por el post y por tu esfuerzo al escribirlo. Chapeau!
Jo, David, qué bonito... me has hecho pensar en amigos y familiares que ya no están conmigo. Gracias por compartir ese amor y ternura que te caracteriza.
besos. Beat!
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