martes, 29 de abril de 2014

UNA REFLEXIÓN ALGO PESIMISTA SOBRE EL PERIODISMO


De niño me asombraba la capacidad de los responsables del Telediario (eran los tiempos en los que sólo existían dos cadenas de televisión), para resumir en aproximadamente media hora los acontecimientos más importantes de todo lo que ocurría ese día en el mundo. Y me inquietaba pensar que se les pasase alguna noticia. 
Más tarde, mucho antes de estudiar la carrera de periodismo, empecé a percatarme de que la relevancia es un criterio indeterminado y de que, a veces, tienen más peso otros como la proximidad, la singularidad o eso tan impreciso que llaman el interés público. Aún así, resulta curioso que los directores de los distintos informativos coincidan a la hora de seleccionar un alto porcentaje de sus contenidos. Lo mismo sucede con la prensa, la radio y los medios digitales. Sólo podemos extraer dos conclusiones: ¿o todos tienen el mismo criterio o beben de las mismas fuentes? Yo apuesto más por lo segundo. Pero la realidad es mucho más complicada.

viernes, 25 de abril de 2014

INSTANTES (XI)

“Vivir como un noble arruinado entre las ruinas de la inteligencia”. Gil de Biedma dixit. No sabemos a dónde ni por qué vamos pero sentir la soledad es una medicina eficaz. Despegarse de los brazos del miedo, pasear cerca del mar, caminar entre la maleza de un bosque umbrío, soñar frente al espejo, recordar, olvidar…
Y sestear en el acantilado mientras las olas salpican con su aroma salado, mirar de frente, sonreír, ser consciente del entorno, de los seres humanos que conviven en tu paisaje y tratar de ser lo más amable posible".

GELES HORNEDO
- Periodista -

miércoles, 23 de abril de 2014

¿A QUÉ SABE UN OSCAR? (II)

"Me sorprendió lo que sentí. Una especie de resplandor que duró un par de semanas. Nunca había sentido algo así. Es como ganar una medalla olímpica. Pero en los Juegos Olímpicos ganas porque eres el mejor, y con el Oscar no es necesariamente así. Sólo te toca".
Al Pacino
-Tocado por la suerte-

Y costó bastante que le tocara, porque ganó tras seis derrotas. La suya fue la década de los setenta, con cinco nominaciones: El Padrino (1972, como actor de reparto), Serpico (1973), El Padrino, 2ª parte (1974), Tarde de perros (1975) y Justicia para todos (1979). En 1990, volvió a optar como secundario por Dick Tracy y, el mismo año en que obtuvo el Oscar por interpretar a un ciego en Perfume de mujer (1992), también aspiraba por Glengarry Glen Ross. Se lo arrebató, entre otros, al Chaplin de Robert Downey Jr. y al mismísimo Clint Eastwood, por Sin perdón.

lunes, 21 de abril de 2014

"LA ABRAZOLINERA" (1ª Parte)

 
-¿Qué clase de negocio es ese, mamá?, preguntó Inés en un tono hiriente y con una cierta expresión de descomposición en el rostro. 
-¿Has perdido la cabeza o qué?, le recriminó Mateo. 
Virginia sentía como la situación se le iba de las manos irremediablemente. Estaba acostumbrada a que sus hijos ignorasen sus deseos y a que, incluso, le tomasen por loca. Sin embargo, esta vez no estaba dispuesta a amilanarse. Había concentrado todas sus energías e ilusiones en ese proyecto y no iba a consentir que nada ni nadie se interpusiese en su camino.